Sí lo sé, son muchas las personas que no saben qué quieren hacer con su vida laboral: que si cambian de trabajo, que si se especializan en otra área, que si se reinventan, ¿qué estudian?, que si dejan todo y se van a vender collares a la playa.
Los hay muy jóvenes, chicos o chicas que apenas empiezan sus carreras profesionales y ya tienen lo que parecería ser la crisis de los 40´s, que por cierto no siempre da a los 40.
Estos chicos se cuestionan si en realidad desean seguir en el mismo trabajo el resto de sus vidas, se cuestionan si deberían dedicarse a otra cosa. Se cuestionan su vida laboral desde todos los ángulos.
Lo cual está muy bien, todo aquel chico o chica que al menos se cuestione por dónde empezar su carrera profesional está iniciando de la manera más adecuada.
¿La vida laboral de los no somos tan chicos?
La mayor parte de nosotros (los de más de 35 años) no tuvimos ni tiempo de eso y cuando nos dimos cuenta teníamos 8 años trabajando en algo que no escogimos, en un trabajo al que llegamos por las circunstancias, casualidades, contactos familiares o mandatos familiares.
Y del otro lado están por supuesto los más grandes. Los que llevan años en un trabajo que no les apasiona, con el cual no sintonizan. Los que llevan años cuestionando si ese trabajo les gusta. Y que llevan años sin hacer un cambio ?
Los que empezaron este año como todos los años pensando que no quieren seguir en sus trabajos, que no se ven ahí envejeciendo, es más no se ven ahí un año más.
Y ese pensamiento se alimenta cuando el problema lo ven en sus funciones que no son interesantes, en la empresa que no es la adecuada, en el jefe que es un … lo que casi todos los jefes son…, los compañeros insoportables, todo está mal: los valores, las decisiones, el objetivo de la empresa, etc.
A mi me pasó, años trabajando para empezar a sentir que poco a poco crecía algo en mí, una sensación de insatisfacción, de vacío, empezó a crecer aquello que muchos temen y que muchos callan: el cuestionar.
Y es que cuestionar implica desestabilizar sistemas y no todos quieren que eso suceda, sobre todo aquellas personas que dudan de la estabilidad de sus propios sistemas de vida.
Y entonces todas estas personas poco felices en sus vidas laborales y que no saben qué hacer con sus vidas comenten el mismo error, el error número 1: no hacen nada
Posponer decisiones en tu vida laboral
Como comentaba antes, uno de los actos a los cuales más se teme es al cuestionar, cuestionar tu vida, las normas, las tradiciones, las indicaciones, los procesos, la sociedad, lo que te dijeron tus papás, lo que te dijo la maestra en la escuela, etc.
Y lo segundo a lo que más se teme es a tomar decisiones. Las dos son situaciones que desestabilizan.
Tomar decisiones es algo complicado para algunos. La posibilidad de tener que enfrentar cambios poco positivos producto de una mala decisión les da miedo, en realidad nos da miedo.
Sin embargo, si no sabes qué hacer con tu vida laboral, si no eres feliz con lo que haces, entonces cambia, no lo pospongas más, ¿cuántos años tienes de estar así? Y ¿cuántos años te quedan?
Salto al vacío o ¿hay alternativas?
Para dejar ese estado de no hacer nada sólo queda hacer algo. Y para esto hay dos opciones.
La opción de salto al vacío: renuncia de tu trabajo y con tiempo a tu favor empezar a analizar qué deseas hacer, suena ideal ¿verdad?
En lo personal no lo recomiendo, y esto es porque al ver el tiempo pasar y la cuenta del banco bajar, sólo aumentará la presión y la ansiedad y eso no ayuda.
Sin embargo, hay personas que necesitan de decisiones extremas para reaccionar.
También existe otra alternativa. Y es empezar poco a poco a dar pasos hacia ese cambio.
En vez de no hacer nada ¿qué tal unos pasos hacia un cambio?
El primer paso: un proceso de autoconocimiento, que te permitirá identificar y trabajar todos los pensamientos limitadores que merodean en tu cabeza, pensamientos que te han impedido hacer los cambios en tu vida.
El segundo paso: descubrir qué te gusta hacer y para eso es importante estar en contacto con tu yo, dedicarte tiempo y espacio, no censurarte, dejar de juzgarte y quitarle todo el peso al “qué dirán”
El tercer paso: empezar a experimentar, con pequeños cursos, inclusive cursos en línea que te permitan estar un poco más cerca de eso que crees que te gusta. Recuerda que no hay problema en equivocarse, si al final no era de tu agrado lo dejas de hacer.
El cuarto paso: identificar si eso que te gusta y apasiona es rentable, investigar cómo monetizarlo, averiguar si puedes encontrar trabajo en ese “algo” o si por el contrario toca emprender.
El cuarto paso: empezar a crear un plan de desarrollo con fechas y acciones concretas para hacer un cambio.
Y esta es una alternativa que puedes tener. Recuerda si deseas ser feliz en tu vida profesional y no puedes hacer cambios a corto plazo, también existe la alternativa de hacerlos a mediano o largo plazo.
Un abrazo enorme
Laura
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